Prepara tu cuerpo en otoño para el invierno

Al llegar el otoño, es fácil ver como los centros de salud ven incrementadas sus visitas por personas que llegan con los clásicos catarros, tos, bronquitis…Sacar al pasear el pañuelo y el ritmo del moqueo hacen el escenario de estas fechas que rápidamente viene seguidas del crudo invierno.

Estas enfermedades que afectan al sistema respiratorio se producen por un desequilibrio energético originado por las influencias atmosféricas sobre las personas, como son el viento, el frío, la humedad…Y por otro lado, el que nuestro sistema defensivo este en baja forma, y se debilite por no abrigarnos, y por descuidar la alimentación adecuada para cada estación.

Para preparar nuestro cuerpo a estas estaciones y no debilitarlo es recomendable evitar los alimentos fríos como helados, bebidas frías, alimentos refrigerados, etc. En su lugar, en otoño e invierno elaboraremos nuestros menús diarios con alimentos calientes como son las sopas, guisos, estofados, cremas, e introduciremos las bebidas con temperatura cálida como el té e infusiones variadas. Añadir jengibre rallado a los guisos, y canela a las bebidas calientes ayuda también mantener la temperatura adecuada de nuestro cuerpo.

Debemos cuidar el vestuario adecuado con ropa que nos proteja de la temperatura exterior, especialmente a capas, no solo previene la exposición, sino que retiene el calor corporal. No olvidemos tener los pies y la cabeza siempre calientes, ya que perdemos la mayor parte del calor por estas dos zonas.

La temporada de otoño nos sirve para pensar qué necesita nuestro cuerpo para habituarse a este mes de cambios, y prepararnos para el invierno. Por eso, un buen consejo es el de vitaminarse y supermineralizarse, para que la vuelta a la rutina sea saludable y positiva.

Algunos de los síntomas más comunes en esta época de vuelta a la rutina tanto en los más pequeños como en los adultos, son el agotamiento, la falta de concentración, problemas para dormir con los nuevos horarios, inapetencia, entre otras alteraciones.

En los productos naturales podemos encontrar los recursos para darle a nuestro cuerpo la energía que necesita, nos puede ayudar a superarlos. Encontramos en los suplementos alimenticios que las abejas nos traen del Panal (polen, jalea real y propóleo) unos buenos aliados para sentirnos mejor, siempre que no se tenga alergia a ellos.

El polen, se compone mayoritariamente de carbohidratos, proteínas y lípidos, mientras que en menor medida también contiene vitaminas, minerales y diferentes tipos de enzimas. Está indicado como reconstituyente y vigorizante, mejorando las condiciones vitales del organismo. Aporta nutrientes para combatir la astenia, cansancio y decaimiento. Se le considera un activador del metabolismo, además de ser un reconstituyente psicointelectual en casos de estrés, insomnio e incluso depresión.

El “oro blanco”, la Jalea Real, es otro de los suplementos que encontramos en los panales. Es un alimento extraordinariamente rico en nutrientes, sus componentes proteicos se consideran de alto valor biológicos por su perfil en aminoácidos esenciales. Entre los minerales y vitaminas que contiene, destaca el azufre, fósforo, potasio, hierro, cobre, silicio, magnesio, vitaminas del grupo B y E.

La Jalea Real es un regalo que nuestras amigas las abejas nos traen directamente de la naturaleza. Sus efectos son inmediatos y enseguida hace recuperar las fuerzas y la energía, aportándonos una agradable sensación de bienestar.

También de los panales, tenemos el propóleo o própolis, conocido como “oro negro”. El propóleo es la resina que las abejas extraen de las plantas para recubrir y proteger la colmena. Es antibacteriano, antiviral, inmunoestimulante, antiinflamatorio, cicatrizante y ligeramente analgésico. El propóleo está compuesto de resinas, ceras, flavonoides, sales minerales, aceite esencial y cientos de compuestos, muchos de los cuales todavía sin estudiar.

Y PARA LOS MÁS PEQUEÑOS DE LA CASA….

Podrás encontrar suplementos alimenticos en tu herbolario especiales para ellos, jarabes a base de estas sustancias mencionadas y enriquecidos con vitaminas y minerales, recomendados para coger el ritmo de las rutinas, además de predisponerlos a estar más fuertes y sanos en otoño e invierno, frente a los pesados catarros.

Es de vital importancia cuidar su alimentación, aportando a su dieta, frutas, verduras y cereales, si son de producción ecológica mejor que mejor.

Otros productos que ayudan a afrontar estos meses otoñales y reforzar las defensas son la equinácea y las vitaminas. La equinácea, entre otras propiedades, se usa mucho para combatir infecciones, especialmente del resfriado común y otras infecciones del tracto respiratorio superior.

En estos meses de transición hacia el frío es muy importante que estar bien vitaminado. Las vitaminas del complejo B, la vitamina C y la D, te permitirán sentirte fuerte y con la mente despejada, para dejar de lado al temido síndrome postvacacional y afrontando la nuevas rutinas.

Las vitaminas del complejo A son necesarias para el crecimiento y desarrollo de huesos, esencial para el desarrollo celular, ayuda al sistema inmune, son fundamental para la visión y antioxidante.

Las vitaminas del complejo B contribuyen a la buena salud de los nervios, la piel, los ojos, el cabello, el hígado y la boca. Se trata de coenzimas que intervienen en la producción de energía y son provechosas para aliviar la depresión y la ansiedad.

La vitamina C, está considerada como el antioxidante imprescindible, favorece la formación de hormonas antiestrés, protege contra las infecciones y aumenta la inmunidad. También has de saber que la vitamina C refuerza y aumenta la actividad antioxidante de la vitamina E, y viceversa, de ahí la importancia del trabajo conjunto de estas dos vitaminas.

La vitamina D mantiene los niveles de calcio y fósforo normales, participa en el crecimiento y maduración celular y fortalece al sistema inmune ayudando a prevenir infecciones.

Con todos estos consejos te deseamos un comienzo de estación saludable y lleno de energía para disfrutar del otoño y del invierno.